Localidad: Torregalindo

En los documentos de los primeros siglos medievales, esta localidad aparece ya citada en ocasiones simplemente como “Torre”. Galindo es un nombre típicamente navarro, lo que puede deberse al hecho de que alguno de sus primeros señores procediera de aquellas tierras y se asentara en este lugar en las décadas, las primeras del siglo XI, en que Castilla se encontraba bajo la tutela del rey navarro Sancho III el Mayor. Durante los siglos XIV y XV se vio sometida a un continuo cambio de señores, hasta integrarse en el señorío de don Beltrán de la Cueva.
         
La fortaleza que señorea la aldea se asienta sobre un alto cerro, con perfil de navío, y se sustenta en paramentos de piedra y mezcla de cantos rodados y barro. La proa está reforzada por una torre triangular que, seguramente, fue la del homenaje. En este punto debió levantarse la primitiva torre de vigilancia en torno al siglo XI. Las huellas que han legado hasta nosotros nos permiten el seguimiento de la cerca que rodeaba todo el recinto, así como del trazado de la gran plaza de armas que articulaba su interior. En el lado opuesto a la torre mencionada se encontraría otra más tardía, del siglo XV, obra de don Beltrán de La Cueva, que pudo levantarse sobre otra anterior. Se trata de un cubo reforzado por troneras a su alrededor y coronado con un cuerpo algo saliente, todo de buena mampostería. El interior muestra una gran perfección, cuya armonía culmina en la bóveda levemente apuntada. La fortaleza se completaba con diversas obras exteriores, entras las que se adivina la existencia de un aljibe, de las cuales apenas quedan restos.